sábado, 27 de noviembre de 2010

La cocina como terapia

Cree este blog hace mucho tiempo sin tener una idea real de que quería hacer con el.
Hace poco, y como fruto del stress que llenó por todas partes mi vida empecé a pensar seriamente en buscarme un hobby. ¿Por qué buscarme? porque hasta aquí lo único que hacía era trabajar, trabajar y después seguir trabajando. Cuando me di cuenta de esto quise empezar a prestar atención a mi vida cotidiana y darme cuenta que es lo que me reportaba verdadero placer.
Hice una búsqueda ardua sin frutos y mucha frustración. Tengan en cuenta que no hablo aquí de gimnasio, masajes y cosas que las mujeres de hoy hacemos para “mantenernos”, sino algo que vuele mi mente, que cuando comience a hacerlo apague todos los cartelitos de urgente de mi trabajo: que si la reunión, que si el precio, que si bla bla bla.
Pasados unos cuantos meses ya casi a punto de abandonar esta búsqueda, allí, en la cocina de mi casa, sentada bajo la luz de la mesada pelando echalotes para una vinagreta, registré ESA sensación: Llevába unas horas en la cocina, y yo me sentía bien, MUY BIEN. No estaba pendiente de otras cosas, acordándome lo que debía apuntar en la agenda o resolviendo problemas mientras “hacía” que estaba ahí.
Tirando de esa punta me di cuenta que mi terapia es la cocina.
La cocina siempre estuvo presente en mi vida. Por mi abuela, por mi madre, mi hermano, todos amantes de la cocina de una u otra forma. Yo desde chica y por las raíces siempre cociné, nunca me pasó de no saber hacer ni un huevo frito, ya que en mi mente estaban las miles y millones de imágenes registradas desde los fuegos de mi infancia… y cuando tocó, solita comencé a andar.
El chip de nuestra era me arrancó de la cocina a los 20 años. Por viajes, profesión, y el pensamiento un poco tonto de “no hay tiempo”. Si eres ejecutivo NO HAY TIEMPO para otra cosa que no sea para trabajar.
A los 30 y por algunas decisiones por primera vez maduras y cariñosas para mi, empecé a volver, a recuperar la pausa y aquí me encuentro comenzando este nuevo camino.
Voy a hablar de cocinar, de comer, de leer, de comprar, de celebrar, y de todo lo que me reporte placer relacionado con la comida. No voy a crear una página de recetas sino de vivencias, y si las vivencias me traen recetas bienvenido sea.
No soy una profesional de la cocina soy como las miles de millones de mujeres que son profesionales, amantes, amigas, hijas, madres… y además cocineras de corazón.
Gracias si te has leído esto y espero que los disfrutes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario