domingo, 12 de diciembre de 2010

Pan Dulce

¿Cuándo comienza la navidad?, cuando empezamos a ver guirnaldas y pan dulce por todas partes.
Siempre he tenido la suerte de comer pan dulce hecho en casa. Mis abuelas dos expertas. Balbina con frutas abrillantadas. Cesi, sin frutas abrillantadas.
Alrededor del pan dulce se ha forjado un mito. Ayer cuando fui a comprar unas naranjas azucaradas viví una escena que me resultó familiar: A una chica se le ocurrió contar en una tienda que era la primera vez que iba a hacer pan dulce. Comenzó una cascada de consejos atemorizantes: la levadura debe estar muy fresca, el pan dulce no lleva claras sino sólo yemas,una señora por detrás levantó la voz y dijo: yo lo hago con huevos enteros, otra se animó y afirmó: el secreto está en la manteca, y así sin parar hasta que la pobre salió casi con cara de espanto de la tienda.
Estoy segura que experimento la misma sensación que yo aquella vez que pedí por primera vez la receta. Parecía estar al frente de un gran proyecto de ingeniería, CASI IMPOSIBLE QUE SALIERA BIEN, pufff, un escalofrío recorrió toda mi espalda. Tanto que casi no lo hago.
Hoy después de unos cuantos panes dulces puedo decirles que el ingrediente más importante de toda la receta es la PACIENCIA. Créanme que es verdad, lo digo con conocimiento de causa. Una vez intenté hacerlo en veinte minutos (mi querida ansiedad), y el pan dulce se me murió de risa.
Ingredientes:
1 kg de harina 0000
100 gr de levadura
Leche (cantidad necesaria)
4 huevos
200 gr de manteca
250 gr de azúcar
2 cuch/té de esencia de vainilla
1 cuch/té de agua de azahar (ahora también hay aroma de pan dulce)
Un chorrito de coñac
Ralladura de limón
300 gr de frutas (secas, abrillantadas, mix, las que te gusten)
Cuando voy a hacer pan dulce ese es mi plan para el día. Hacerlo demanda mucho tiempo, no de trabajo sino de espera de leudado, por eso es ideal que te planifiques también que cosas vas a hacer entre medias porque sino empieza a colarse sin que te des cuenta la peligrosa ansiedad.
Esta mañana se despertó lluviosa y fría, mi marido se fue al campo y he decidido no traerme trabajo a casa. Sin duda un día ideal para hacer pan dulce.
Lo primero que hacemos es la “masa madre”. Coloca en un bol 200gr de harina, 100 gr de levadura y la leche necesaria para formar un bollo que no se pegue (si por casualidad se te fue la mano con la leche y te quedó pegajoso, añádele sin problema un poquito más de harina para corregir, no pasa nada). Amasa unos diez minutos hasta que quede elástico y uniforme. Déjalo en el bol tapado en un lugar calentito leudando al doble de su tamaño, esto será aproximadamente una hora.
Yo aproveche para irme a comprar harina 0000 porque no tenía suficiente, y cuando llegué me puse a ordenar las especias en la cocina que era algo que hacía tiempo tenía ganas de poner al día.
Cuando veas que está por terminar el leudado de la masa madre, comienzas con la otra preparación. Unes en otro bol los ingredientes restantes: manteca pomada, azúcar, huevos, esencia de vainilla, agua de azahar, ralladura de limón, coñac y el resto de la harina. Haces un bollo y cuando lo tienes armado, le añades el bollo de masa madre y comienzas a amasar ambos hasta que se unifiquen y sigues amasando y amasando más o menos por 20 minutos (conejo!, ponte camiseta porque terminarás sacándote todo del calor).
¿Cómo saber si se ha amasado bien?. Si estiras el bollo la masa no se corta, esté muy muy elástica. Colócala en el bol y nuevamente reserva en un lugar calentito hasta que doble su tamaño (será otra hora, hora y media más, así que sigue haciendo tus cositas, o descansa del amasado… eso fue lo que yo hice).
Una vez leudado vuelves a volcarlo en la mesada, desgasificas amasando un poco y estiras la masa con las manos. Dentro pones las frutas (lo mejor es que antes las hayas picado un poquito). Cierras la masa como si fuera un sobre y dentro quedan las frutas. Vuelves a amasar unos diez minutos hasta que las frutas estén bien integradas en la masa. Cortas la masa en las porciones necesarias de acuerdo a la cantidad y tamaño de panes que desees hacer. La masa no debe quedar a más de la mitad del molde de papel. Los colocas en una placa y los dejas leudar por última vez encima de la cocina con el horno ya prendido para recibirlos en cuanto estén listos. El leudado está listo cuando la masa sobresale del molde. Pintas con huevo y horneas a 150°. Para panes de 500 gr aprox. 40 min, para panes de 250 gr aprox. 20 min, para mini panes de 100 gr menos de 15 min. Igualmente para saber si están como siempre le miras el aspecto y puedes recurrir al truco del palillo. Si lo metes y sale limpito, ya está!.
Para terminar y decorar puedes hacer un fondant muy simple con 100 gr de azúcar impalpable y el jugo de ½ limón. Pintas el pan dulce y decoras con naranja confitada.
A esta altura la casa tiene un perfume excepcional, y yo me siento feliz porque han salido hermosos.
Mamá y abuela llegan a casa y nos premiamos con ricas tazas de café, acompañadas del primer bocado de navidad.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Guacamole



Además de muchas comidas, hay muchas formas de comerlas.
De las formas mi preferida es picar, porque me permite disfrutar de muchos sabores diferentes a la vez. Aunque yendo más allá, creo en realidad, que también se trata de lo que disfruto al prepararlo y luego ver la mesa llena de mini platos con sus colores y olores. La casa huele a picada.
DIP DE GUACAMOLE
Una Dipping Souce es ni más ni menos que una salsa para mojar.
El matrimonio del guacamole suelen ser sus nachos correspondientes, o patatas fritas de paquete, pero en casa nos gusta hacer una versión casera de pancito ultra fino tostado (invento de mi marido). El secreto para que sea ultra fino es congelar el pan, así es mucho más fácil cortarlo bien bien finito. Luego llevas las rodajas en una asadera al horno bien fuerte y en un plis tienes unas hojuelas de pan crujientes.
Para el guacamole:
4 paltas bien maduras
1 tomate grande
1 cebolla morada mediana
1 o 2 limas (depende lo acidas que te gusten las cosas)
Cilantro, sal, pimienta y aceite de oliva
Primero el tomate, quítale las semillas y deja bien limpia la carne. Corta en cubos medianos tirando a pequeños y reserva.
Luego la cebolla morada, pícala bien pequeñita y reserva.
Exprime el zumo de la lima y coloca para macerar el cilantro picado.
Finalmente pela las paltas, córtalas y luego muélelas a esto le añades los tomates, la cebolla, la lima con el cilantro, un generoso chorro de aceite de oliva, sal y pimienta.
Di no al sobre de guacamole deshidratado! No puede ser más fácil.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Cenar rico y no morir en el intento

Hoy fue uno de ESOS DÍAS. Me levanto a las seis de la mañana y no llego hasta las diez de la noche, y de comida un sándwich rápido en el escritorio de mi oficina. Esos días llego a casa y me siento agotada, no se si por la cantidad de horas trabajadas, por la intensidad, o porque no lo le regalé nada rico a mi estómago.
Pero, ¿cuál es el verdadero problema? no tengo la energía para premiarme con un plato elaborado, ¿qué hago?. Estos son los momentos en los que tener algunas compras interesantes en la nevera o la despensa se vuelve clave.
El primer gesto en una situación como esta es abrir la nevera y clavar una mirada perdida en su interior, ja ja ja, como si a fuerza de mirar el plato se hiciera sólo.
Ahí, entre pensativa y ambienta miré los ingredientes justos para una cena rápida, nutritiva y sabrosa.

OMELETTE DE QUESO DE CABRA CON SALMÓN AHUMADO

Ingredientes:
2 huevos
½ cebolla chica
Salmón ahumado
Queso de cabra
Primero que nada y CLAVE cortamos la cebolla bien pequeñita “brunoise”. Se sofríe con un chorrito de aceite de oliva, sal y tomillo. Hacerlo a fuego lento hasta que quede transparente y blandita. Cortar el salmón, y desgranar el queso de cabra.
Con todos los ingredientes preparados batí los huevos colócales sal y pimienta y ponelos en la sartén (en la misma que se sofrió la cebolla así toma también el gustito) a fuego medio. Rapidito y sobre la mitad colocá la cebolla, el salmón y el queso de cabra. Cuando esté casi cuajado cerrá a la mita, dalo vuelta y serví.

En 15 minutos una cena rica.
Yo lo acompaño con pan brioche y zumo de naranja, mi marido con cerveza.
Y de postre, como no, unas cerecitas frescas.
Si, si, ya me vuelve el alma al cuerpo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Dulce de verano, Mermelada de Frutilla

Los dulces se hacen en estación, cuando la fruta está madura y dulce.
De las frutas de verano mi preferida es la cereza, cuando comienzo a verlas en los árboles (porque aquí donde vivo se cultivan), o en la frutería, se me llena el cuerpo de alegría.
Con la frutilla me pasa algo particular, cuando la miro me apetece, cuando la huelo me encanta, pero cuando la pruebo me sabe a poco … ¿será esta eterna competencia con la cereza?.
Pero la frutilla tiene un secreto, y es que cuando la preparo en un postre o en una sencilla mermelada saca todos sus encantos y me vuelve a conquistar.
Cómo preparar una mermelada de frutilla:
1 kg. de frutillas
500 gr de azúcar
Jugo de un limón
El primer paso importante es lavar bien bien bien las frutillas, limpiaras de hojas y partes feas.
Si te gusta encontrarte trozos puedes dejarlas enteras, y sino las cortas en rodajas más o menos grandes que el calor de la olla deshará.
Colocas en una olla que quede a la mitad: las frutillas, el azúcar y el jugo de un limón. El jugo de limón se le agrega porque equilibra la pectina y ácido que la frutilla necesita para alcanzar el punto de la mermelada.
Comienzas la preparación a fuego fuerte revolviendo con una cuchara de madera para que no se pegue en el fondo hasta que comience la ebullición. Una vez alcanzado este punto, bajas el fuego a mínimo y lo dejas aproximadamente 30 minutos revolviéndolo cada tanto.
Para ver el punto de la mermelada, sirve una cucharita, métela en la nevera y sácala a los minutos y verás la consistencia, ya que caliente es mucho más líquida.
A las mermeladas se les puede variar tanto la consistencia, variando el tiempo de cocción, y la intensidad del dulce, disminuyendo la cantidad de azúcar. Con el tiempo y la práctica se encuentra el punto que a uno más le gusta.
Una vez terminado el dulce se deja reposar hasta que esté tibio.
En ese momento lo envasas en frascos previamente lavados en baño maría para evitar cualquier contaminación, etiquetas con fecha de elaboración y los guardas, o los regalas.
Exquisito con queso y Pan Brioche.

martes, 30 de noviembre de 2010

yes yes, si si, OUI OUI

Amo desayunar.
La mañana del domingo es especial. Abro los ojos y ya se siente distinto, tiene la cadencia que acompaña al ritmo pausado del descanso.
Amo desayunar en Oui Oui.
Mientras caminamos con la prensa en la mano voy imaginando el olor a café con tostadas que me recibirá al introducirme en su pequeño mundo.
Una mirada franca y una sonrisa de pocas palabras, respetando todavía la somnolencia dominguera, escucha nuestro deseo hambriento: café con leche, zumo, tostadas… o una tabla de queso… o un revuelto… o cereales… o unas ricas magdalenas… o lo que quieras, estará exquisito.
Mientras leo, sonrío y disfruto de mi desayuno, te miro a los ojos y se que repetiremos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

CHILA, un homenaje al paladar


Amo descubrir cocinas nuevas, y esta fue toda una experiencia.
Fuimos sin saber bien lo que nos esperaba, porque a pesar de ser lectora de páginas y libros de críticas, me he dado cuenta que la única crítica válida es la da la propia experiencia.
Un lugar bien iluminado, cómodo y con vajilla y cristalería que nos introduce al placer que nos espera. ¿Por qué pongo atención en ello? Porque para mi el vino no sabe igual en cualquier copa! Esto sirve también para casa.
El servicio es el adecuado, respetando la cadencia de una comida a tiempo ¿cuál tiempo?, tú tiempo, el que necesitas para saborear adecuadamente lo que te regala Soledad Nardelli.
Para la comida me faltan palabras que contengan las sensaciones. El corte de los alimentos, los niveles de cocción de cada componente del plato, el tamaño de las porciones, la composición sugerida en el conjunto, hacen de esta una experiencia inolvidable.
Mi menú y el que te recomiendo:
• Crema de trufas, huevos a 61º, echalotes al cognac y cubitos de morcilla
• Pasta de curry ahumado rellena de hongos, crema de calabaza y caldo de hierbas frescas.
• Frutas frescas, manzana y chocolate
El placer duró dos horas y una más en el recuerdo de una tranquila caminata de verano hacia casa.
Muchas Gracias!

sábado, 27 de noviembre de 2010

La cocina como terapia

Cree este blog hace mucho tiempo sin tener una idea real de que quería hacer con el.
Hace poco, y como fruto del stress que llenó por todas partes mi vida empecé a pensar seriamente en buscarme un hobby. ¿Por qué buscarme? porque hasta aquí lo único que hacía era trabajar, trabajar y después seguir trabajando. Cuando me di cuenta de esto quise empezar a prestar atención a mi vida cotidiana y darme cuenta que es lo que me reportaba verdadero placer.
Hice una búsqueda ardua sin frutos y mucha frustración. Tengan en cuenta que no hablo aquí de gimnasio, masajes y cosas que las mujeres de hoy hacemos para “mantenernos”, sino algo que vuele mi mente, que cuando comience a hacerlo apague todos los cartelitos de urgente de mi trabajo: que si la reunión, que si el precio, que si bla bla bla.
Pasados unos cuantos meses ya casi a punto de abandonar esta búsqueda, allí, en la cocina de mi casa, sentada bajo la luz de la mesada pelando echalotes para una vinagreta, registré ESA sensación: Llevába unas horas en la cocina, y yo me sentía bien, MUY BIEN. No estaba pendiente de otras cosas, acordándome lo que debía apuntar en la agenda o resolviendo problemas mientras “hacía” que estaba ahí.
Tirando de esa punta me di cuenta que mi terapia es la cocina.
La cocina siempre estuvo presente en mi vida. Por mi abuela, por mi madre, mi hermano, todos amantes de la cocina de una u otra forma. Yo desde chica y por las raíces siempre cociné, nunca me pasó de no saber hacer ni un huevo frito, ya que en mi mente estaban las miles y millones de imágenes registradas desde los fuegos de mi infancia… y cuando tocó, solita comencé a andar.
El chip de nuestra era me arrancó de la cocina a los 20 años. Por viajes, profesión, y el pensamiento un poco tonto de “no hay tiempo”. Si eres ejecutivo NO HAY TIEMPO para otra cosa que no sea para trabajar.
A los 30 y por algunas decisiones por primera vez maduras y cariñosas para mi, empecé a volver, a recuperar la pausa y aquí me encuentro comenzando este nuevo camino.
Voy a hablar de cocinar, de comer, de leer, de comprar, de celebrar, y de todo lo que me reporte placer relacionado con la comida. No voy a crear una página de recetas sino de vivencias, y si las vivencias me traen recetas bienvenido sea.
No soy una profesional de la cocina soy como las miles de millones de mujeres que son profesionales, amantes, amigas, hijas, madres… y además cocineras de corazón.
Gracias si te has leído esto y espero que los disfrutes.